martes, 29 de marzo de 2022

30 meses de un parricidio


 Con respecto a los 30 meses de la muerte de mi esposa, a mi juicio causada por sus hijos y que está denunciada tanto ante la justicia colombiana como a la española, y como sé que a personas del entorno de Susana les llegará mi opinión deseo comentar:

1) Como es posible que mi esposa muriese de cáncer cuando los informes médicos indicaban categóricamente que en su estado en agosto 19 no se había producido cambio alguno respecto al estado explícitamente asintomático respecto a la enfermedad que indicaban los informes en junio 19?
Personalmente no tengo duda alguna de que en agosto 19, el tumor NO había reaparecido, existiendo en aquel momento un doble problema de salud, una infección de orina -por la que estaba siendo tratada- y un problema neurológico que ya se había detectado antes de la segunda operación (oct 18), y cuyos síntomas se apreciaron en primavera 19, cuando en las resonancias no se apreciaba tumor alguno.
Como pudo morir de un tumor en agosto 19 del que no constan datos en los informes médicos?
Que justificación hay en que el hospital forzase la cancelación de los tratamientos médicos a Susana el 13 de agosto, cinco días después de reconocer en un informe que no había razones para hacerlo....excepto por la afirmación de que "la familia" (el hijo) intuye mal pronóstico. Es suficiente que una vaga suposición de "mal pronóstico" permita al hospital cancelar todo tratamiento a una enferma , prescindiendo de su opinión y de la mía?

2) Como es posible que yo lleve 30 meses casado legalmente con una persona muerta, ya que Susana de acuerdo con la ley española sigue estando viva debido a que así sus hijos, como mínimo entre el resto del año 2019 y parte del 2020 querían seguir cobrando las prestaciones económicas de la seguridad social que ella percibía.?
Es decir, los hijos no sólo se negaron a ayudarla durante su enfermedad sino que hicieron negocio con ella, estafándole en vida cerca de 10.000 euros (por la venta forzosa de su vivienda), una cifra que podría alcanzar los 22.000 euros por el antes citado fraude a la Seguridad Social, el desfalco de todo el dinero de sus cuentas hasta dejar un descubierto que el banco me exigió a mí cubrirlo; y el lucro cesante por los casi 15.000 euros perdidos por mi parte ante la imposibilidad de cobrar la legítima pensión de viudedad , al estar mi esposa legalmente viva, y por supuesto de manera completamente fraudulenta.
¿Estoy protagonizando un remake de Walking Dead y no me he enterado?

3) Como es posible que una institución médica colombiana como Emer Médica S.A: de Bogotá, que tal y como se aseguró al Hospital Clínic garantizaba un trato médico exactamente equiparable al que tenía Susana en España, no realizase gestión médica alguna con mi esposa hasta nueve días después de su llegada a Colombia, cuando fue atendida por una epidemióloga de esa mutua llamada Dayana Merino Torres, que se limitó a diagnosticarle "resfriado común"...
En una documentación médica que esta Mutua me prohibió categóricamente publicar amenazándome con emprender acciones legales en mi contra por "divulgar información médica de una paciente".
Uno de los pasos que voy tomar aparte de las medidas legales contra mis malvados hijastros, que fueron sus verdaderos tumores malignos, mi hijastra, despedida como secretaria de desarrollo distrital #CarolinaDurán y mi hijastro el delincuente gandul #juanpablodurán, que vive de ser el mantenido de su esposa, será exigir cuentas a la autoridad médica del país, aunque sólo sea para coleccionar cuantas más denuncias mejor

No queridos hijastros. Carolina Duran y Juan Pablo Duran
De mi no esperéis ni olvido ni perdón. No lo merecéis
Vosotros matásteis a mi esposa, vuestra propia madre y si la vida no os devuelve el mal que hicistéis, lo haré yo

Parafraseando a Macbeth os diría que "no hay suficiente agua en el océano para enjuagar las manos ensangrentadas de los asesinos"
Malditos seáis los dos



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