jueves, 29 de septiembre de 2022

III Aniversario

 

 Para recordar el III aniversario de la muerte -homicidio- de mi esposa, Susana Peña Fandiño, traigo aquí una de las piezas más hermosas y sublimes que se han escrito, el Adagio para Cuerdas, de Samuel Barber, interpretada en los jardines del Palacio Imperial de Shonbrunn en Viena,por la Filarmónica de Viena dirigida por Gustavo Duhamel 

Aquí acudimos en agosto 2016 y 2018 En el verano de 2019, si las circunstancias que llevaron a su muerte no lo hubiesen impedido, posiblemente habríamos estado también en esta cita, escuchando esta maravillosa pieza, que contiene toda la solemnidad, la belleza y la tristeza de una obra maestra de la música


El salón de conciertos de la Orangerie de Palacio, junto a los jardines

viernes, 9 de septiembre de 2022

Muerte HM Reina Isabel II


No he podido evitar estos días del fallecimiento de HM la Reina Isabel II tener muy presente el sentimiento que tendría mi esposa ante este hecho histórico. 

Con toda seguridad lo habría querido seguir de forma ininterrumpida a través de la BBC, como yo acabé haciendo también.

Mi esposa tenía una fascinación absoluta por la Familia Real Británica. Una fascinación que iba más allá de los meros cotilleos de peluquería y que estaba basada en unas realidades terriblemente dolorosas para ella

Su madre, Clara Fandiño había sido durante años una madre maltratadora y muy cruel, a causa de su dependencia con el alcohol. La golpeaba a diario y no dejaba de hacerlo hasta lograr que sangrase por los oídos. La magnitud de esa spalizas fue tal, que incluso la oncóloga no descartó que le causasen lesiones a largo plazo en el cerebro que desembocasen en el cáncer detectado en 2014.

Su padre había sido un padre ausente la mayor parte del tiempo y que finalmente murió de forma prematura dejándola a merced de su madre.

Sus hermanos como ella misma me dijo, nunca llegaron a quererla realmente. Recuerdo que en sus numerosos viajes  a Colombia en la parte final de su vida siempre deseaba mendigar su amor y su consideración, y en caso de varios de esos hermanos, como Pablo o Luz Angela se negaron a dirigirle la palabra durante su enfermedad, o por no hablar de la hermana Clemencia, que no quería verla "para que no le contagiase elcáncer". Una estupidez de muy grueso calibre que se comenta sola. Ninguno de esos hermanos reconoció jamás la influencia del alcohol en la conducta de su madre, a la que sólo después de muerta, no antes, veneran como a una santa. Los colombianos decentes se sobre entiende no pueden tener familiares con "vicios de pobre" como el alcoholismo

Sus hijos objetivamente la odiaron desde su separación de su primer marido, el moralmente inane Jorge Durán Restrepo a finales de los 80. Esa separación causó que se acabase la vida cómoda y regalada que papá les proporcionaba. La hija ya había dado muestras claras de un odio atroz por su madre desde los ocho años, fecha de las últimas muestras de afecto que le dedicó a Susana,  que ella recordaba con tristeza con posibles indicios de psicopatía  . Su fuga a Colombia para ser ocultada por sus tíos, tías y abuela de su madre , de la que ella jamás se disculpó con su madre por todo el dolor que había causado condicionó definitivamente la vida de su familia y probablemente aceleró obvios problemas emocionales de su hijo, que la estafó más de una vez y que fracasó en todo lo que emprendió en su vida, como su hermana, cuyo fracaso en la política ha sido su calamidad profesional final. (Causada, y me enorgullezco decirlo por mis reiteradas denuncias en su contra, entre otras cosas por tener una sociedad en Panamá para estafar al fisco)

Este panorama dantesco es el que explica esa fascinación por la Familia Real, de la que conocía todos sus detalles presentes y pasados con meticulosidad casi surrealista. En más de una ocasión por ejemplo le escuché referirse al Duque de Edimburgo no como tal, sino como Su Alteza Real (HRH) Duque de Edimburgo. Parecerá una tontería pero era así. Por eso creo que ella habría encajado a la perfección en un mundo como el de la nobleza británica, y con que facilidad habría asimilado todos sus códigos y simbolismos. De eso estoy tan seguro como que sus hijos habrían encajado a la perfección en cualquiera de las cárceles de Su Majestad, en especial a las reservadas para criminales dementes

Además , no olvido que ella era bilingue impecable en inglés. Y  fue gracias a sus compañeras (?) de Marymount.

Como me contó, cuando llegó a este internado católico, elitista - y rebosante de hipocresía clasista- ,esas supuestas amigas que llegaron a dedicarle misas (???) en su recuerdo, la trataron de forma permanente con absoluto desprecio. Para ellas era alguien de una clase inferior y que por tanto no merecía la consderación de las "señoras" de la presunta clase alta colombiana.  Una de ellas por ejemplo, era Itala Pedrazzini, su primera compañera de cuarto en el internado. El bullying al que la sometió fue tan cruel que incluso llegó a considerar seriamente la posibilidad de suicidarse. Me pareció inaudita su desfachatez en la misa en Barranquilla en agosto 2020, simulando lamentar su muerte. Posiblemente la hipocresía colombiana funciona así

Toda esta situación, tal y como me lo contó, fue contemplada por una de las monjas de aquel internado, llamada Sister Johanna, que le pidió que fuera de horas de clase estuviera con ella, para hablar siempre en inglés. Así, logró evitar esos malos tratos y desprecios de sus pseudo amigas (ja ja ja) y acabar convirtiéndose en inglesa bilingue. Ojalá hubiese sido por causas más decentes que la mala fe de unas compañeras de clase que siguieron en su vida únicamente por un motivo, tal y como ella me dijo y dejó por escrito, y era para lograr algún tipo de respeto por parte de sus hijos y alguna posibilidad profesional que compensase sus sucesivos fracasos en todos los campos que habian realizado  Esto fue así hasta el final de sus días


 Las fotos son del 14/8/17 cuando visitamos en Londres de manera bastante apretada, Kensington, Westminster y finalmente Buckingham. Lamentablemente fue tan apretado el horario que fue imposible realizar una visita que yo estaba seguro que le habría gustado especialmente que era un añadido final de la visita a Buckingham, y que consistía en algo aparentemente tan banal y sencillo como tomar una taza  de té en palacio. Aún lamento que no hubiese sido posible y lamento que por la maldad de sus hijos ya no lo será. Ojalá la vida les devuelva todo el mal que ambos seres malignos han causado