jueves, 7 de noviembre de 2019

19 Mayo 16 Venta del apartamento de Pals


Este período se inicia de manera particularmente trágica para Susana.
27 abril 16. Aún hace frío y le tengo que prestar
mi bufanda.
 Está en su sofá, y ya intuye que
 dentro de poco lo deberá abandonar.
 Muy triste 

En abril 16, su hijo, que en su funeral presumió de "haber mantenido" a Susana  todos estos años (mentira y de las gordas!) le anuncia que deja definitivamente de ayudarla. La pone en la tesitura de hacerla exigir a su hija que ésta le pague a él  al menos la mitad del dinero  que él había puesto en 2015 para ayudar a Susana, con lo cual se garantizaba que madre e hija acabasen irremediablemente enfrentadas.

En este momento, Susana empieza a tener serias dificultades de dinero para poder sobrevivir.

Poco después, tras una visita al apartamento de Pals,en la que aprecio una maldisimulada tristeza , ya que intuye que deberá separarse de él y malvenderlo por la oposición de sus hijos a ayudarla , Susana me comenta su convicción que no sólo  ninguno de sus hijos la quiere en absoluto sino que me pide que si se pone "malita" no les diga nada para ahorrarles esa alegría. Un día en plena comida en el restaurante del Hotel Clipper en Pals,  madre e hijo se cruzan watsapp muy desagradables con descalificaciones e insultos de muy grueso calibre que a mi me dejan sumamente preocupado.

Ante ello es evidente que hay que vaciar a toda prisa, en sucesivos viajes todo lo que se pueda vaciar del apartamento. Susana insiste en reiteradas ocasiones a su hijo que venga a ayudarla pero éste sistematicamente se niega. Recuerdo el día de la madre de 2016, en el que Susana se quedó en el apartamento, completamente bloqueada, desbordada por la tristeza de darse cuenta de hasta que punto su familia se desentendía de ella. Nunca la vi tan triste. Todos los llamados de ayuda a su hijo fueron recibidos con desprecio e indiferencia cuando no con insultos.

29 abril 16. Ultimo saludo desde su puerta.
 En ese momento, yo no calibré hasta que
 punto este momento era dolorosísimo para ella,
Pero se guardó toda la tristeza en su interior
Vaciamos todo lo posible. A mi me tocó cargar como nunca había cargado y quedé completamente desfondado tras el último viaje, en el que el resto de propiedades quedó en el piso a disposición y regalo de su  nuevo propietario. Susana quedó anímicamente hundida como nunca lo había estado. Era consciente que todo lo que había construido desde 2009 se perdía irremediablemente y se perdía por la negativa de su familia a ayudarla.

Finalmente el piso es vendido por una cantidad que le deja líquidos unos 22.000 euros,

En algún momento durante mayo, se pone en contacto con sus hijos y parte de ese dinero, yo he calculado unos  no menos de 10.000 euros s, los entrega a sus hijos como medida desesperada  para recomprar su afecto, un insólito peaje o chantaje afectivo que mostraba bien a las claras que clase de personas son ambos

Tal decisión me pareció siempre gravemente errónea para decirlo suavemente. Creo que si Susana tenía que comprar el afecto de sus hijos quedándose sólo con lo justo para sobrevivir no más de un año, lo único que hacía era alargar un problema evidente que en unos meses se volvería a hacer presente. Pero así  era Susana. SU dependencia emocional de sus hijos era una droga demasiado difícil para poder desengancharse


Me impresionó vivamente el día que finalmente entregó las llaves del apartamento y recibió el dinero, en un banco del paseo De Gracia. Con un nudo de voz se quedó mirando al comprador como se iba y sólo dijo. Ahí se va mi casita.... Creo que yo sentí más tristeza que ella pero ella la  sintió por dentro, posiblemente porque no entendía porqué  no le habían dejado más opción que esta.


Dia de la Madre de 2016. Susana ha sido abandonada completamente por sus hijos. Plantea a su hija enviarle a Colombia alguna de sus pertenencias, pero ésta ni se molesta en responder. Su hijo, que una semana antes le comunica que no quiere volver a ayudarla también se ha desentendido de ella.

Yo le envié estas dos imágenes, para que entendiera como de devastada estaba sintiendóse Susana.  Su respuesta fue cero, como esperaba. Su salud y su estado anímico le resultaban completamente indiferentes

Me conmovió profundamente su tristeza y su dolor por semejante abandono deliberado y cruel, como me conmovió la fría y glacial indiferencia de sus hijos al sufrimiento de su madre.

Sinceramente creo que si yo no hubiese estado presente ese día y en su vida, posiblemente lo habría acabado arrojándose al vacío. Así de triste se sentía

Ese día vuelve a recibir insultos de su hijo por Watsapp mientras estábamos comiendo en el hotel.

Me hizo prometer solemnemente que cuando se "pusiese malita", bajo ninguna circunstancia avisase a ninguno de los dos. Me aseguró que era consciente que ambos celebrarían su muerte con una fiesta -de hecho en el caso de Maria Carolina la fiesta de celebración la dió en Cali y sus imágenes las publicó en Facebook, para desconcierto y estupor de alguna de las amigas de Susana- y posiblemente Juan Pablo lo celebró igual.

Aún hoy lamento no haber cumplido esa promesa

Para Susana fue mucho más traumático de lo que yo suponía. De hecho una cosa que yo le sugerí fue la posibilidad aquel verano, de realquilárselo al nuevo propietario o de regresar al Hotel Clipper  para pasar unos días. Me respondía con evasivas. Nunca más pudo regresar a aquella zona sin sentir una infinita tristeza, y casi los regresos a Pals, para comer sus predilecto arroz caldoso fueron cada vez menos alegres. Algo había cambiado y para siempre


Estrena bastón y estrena fragilidad
24/5/16 Montserrat, estrenando bastón
Regresan las salidas, ahora por parte de ella con la tranquilidad de tener un mínimo colchón económico. Yo pagaba todo lo que podía, de hecho prácticamente más que ella casi, pero me inquietaba la sensación de que de algun modo decidiese quemar todo su dinero a lo loco. Lo que no sospechaba es que buena parte del dinero recibido (neto unos 22.000 euros) lo acabase reenviando a sus hijos

Desde ese momento aparentemente Susana parece recuperarse anímicamente tras recomprar el afecto de sus hijos. Una de las primeras salidas es nuevamente a Montserrat , donde por su aparentemente incansable movimiento constante decide comprarse un bastón para ir por la montaña.  Creo que ya desde ese momento empezó una fase como si quisiera engañar a la enfermedad, como si quisiera demostrarse a si misma que volvía a estar bien... Pero no lo estaba. El tratamiento aún funcionando, no le hacía mejorar, ya que seguía igual.

Llegó Aquí  llega con un estado de ánimo excelente pero de repente esa alegría la conduce a la tristeza, posiblemente porque no puede compartirla con sus hijos, y graba dos mensajes para ellos para que yo se los comunique  cuando fallezca. Lógicamente no lo he hecho  ni lo haré dado que para ambos yo he muerto y no quieren saber nada de mí. Para mí ellos también han muerto. Yo no trato con maleantes.  Ellos se lo pierden,. Tampoco creo que se lo merezcan

Su necesidad patológica de familia seguía más fuerte que nunca. Y lo peor era esa necesidad, con dinero en el bolsillo.

En mayo decidió invitar a sus hijos y nietos a una estancia en Disneyland Florida, una idea que económicamente me parecía poco menos que suicida. Juan Pablo, siempre corroído por una mezcla de celos y envidia patológica hacia su hermana se negó rotundamente a ir y Maria Carolina reservó los pasajes para ellos  y la estancia a todo tren en el parque y en hoteles de la zona.

Las discusiones entre ambas regresaron con cada vez mayor virulencia, con insultos y descalificaciones de todo tipo  hasta el punto de que, para mi con todo el buen criterio del mundo, Susana decidió en el último momento no ir a ese viaje .Recuerdo que la discusión final se produjo porque Susana había decidido comprarse (con SU dinero) unos náuticos color crema para poder andar. Maria Carolina los consideró de demasiada poca categoría y exigió que los devolviese (a una zapatería de la calle Portaferrisa que ya no existe) Ante las groserías impertinencias de su hija no quiso hacer el viaje y creo que para su salud era lo único certero y sensato.

 Maria Carolina, siempre manipuladora hasta la náusea hizo que su hija la llamase de madrugada para pedirle que hiciese ese viaje. Recuerdo que Susana saltó de la cama como un resorte, llenó una maleta en quince minutos y fuimos al aeropuerto.

Nunca sabré con certeza el coste para Susana de este viaje, pero como mínimo fueron, posiblemente no menos de 3.000 euros, quizá el 25% del dinero que le quedaba del apartamento.

Pasaron por Miami donde estuvieron con Eduardo y Arturo y como me contó Susana allí, como pasó dos años más tarde en Barcelona, sus nietos le mostraron un afecto prácticamente nulo, con pataletas constantes, llegando a romperle souvenirs que había comprado, y aguantando todos los berrinches y los gritos de una madre que parecía más que superada por esa familia.

3/7/16 Restaurante Salamanca
Yo, ni pensé en acompañarla. Para mí habría sido un gasto disparatado y me sentía cada vez más incómodo viendo como esta familia , ruín y manipuladora cada vez más evidentemente perturbada se aprovechaba de  Susana y su necesidad patológica de familia haciéndole gastar más y más, y al mismo tiempo negándose a ayudarla.

Para mí además la imagen de que prácticamente en pocos días se insultasen gravemente (ahora se además que después de haberle enviado Susana miles de euros a su hija) y después ésta la abrazase como si sintiese algo parecido al afecto por su madre me parecía inquietantemente sórdido y por vez primera me llegué a preguntarme si realmente no tendría que prohibirle hacer esta clase de viajes

11/7/16 Poble Espanyol

Por estas fechas recuerdo que me dijo algo asombroso: "Mis hijos te quieren mucho ( Ja ja ja, me reí por dentro), ya que gracias a tí no tienen que ayudarme en nada y pueden tomarse una cerveza a tu salud".  Pensé. Valientes caraduras

Las salidas prosiguen una tras otra por Barcelona, con Susana aparentemente demostrándose que ya está bien del todo y que quiere vivir la vida al máximo. Salimos a cines, restaurantes (me preocupó por ejemplo su gusto por el Salamanca de la Barceloneta, para poder ver el mar) y aquí empiezo a tener que frenar su ritmo de gasto todo lo que puedo. Eso sí, fue una de las etapas de las que tengo mejor recuerdo. Me sentía un privilegiado aún siendo yo quien pagaba la mayor parte de los gastos. Valía la pena por la compañía que era impagable

En julio decido llevarla a Andorra por vez primera...




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