lunes, 4 de noviembre de 2019

Paco, otra víctima de la familia

Paco, el daschund de Maria Carolina, fue otra víctima de las conductas trastornadas de la familia Peña.

                      

Entró en esa familia aproximadamente en 2011. En ese momento, coincidiendo con un viaje de Susana a Colombia hizo más que buenas migas con ella, sin querer separarse de ella en ningún momento. Lo entiendo lógico. Los perros entienden quien es capaz de darles amor incondicional y quien es capaz de negárselo una y otra vez, como le sucedía con los hijos y marido -pero estoy convencido también con Maria Carolina-, cuyo trato con él dejaba muchísimo que desear.

De hecho, Susana en sus clases en Girona, en más de uno de los cursos anunciaba solemnemente que quería que sus alumnas conociesen "al amor de su vida", presentándoles a Paco, afirmando que con él había conocido el amor incondicional que tantas veces le había sido esquivo

En 2013, durante la más que tempestuosa visita a Colombia de Susana, para hacer, una vez más, no de abuela, sino de muchacha de servir sin coste, pagando ella de su bolsillo todos los gastos, el afecto de Paco con Susana se incrementó. Maria Carolina había prohibido a su madre alojarse en su casa pero le confió a Paco , con quien pasaba todo el tiempo libre que su hija le dejaba.

El afecto llegó a tal punto que incluso Susana planteó llevárselo a España. Maria CArolina estuvo conforme, ya que era una responsabilidad que ella nunca habia querido aceptar con entusias,o  que le quitaban de encima, y por ello no se opuso. Pero tras pagar Susana todos los trámites legales del desplazamiento en avión, e incluso confirmar que había contratado ya, como ella decía "un colegio" para Paco en España, una residencia canina donde dejarlo cerca de su casa todas las mañanas, con el coste que ello suponía, Maria Carolina cambió de opinión. Ver feliz a su madre con la perspectiva de tener a Paco con ella era más de lo que podía soportar, y la víspera de la partida, le prohibió fríamente que se lo llevase.

Ambos, Paco y Susana quedaron desconsolados. Maria Carolina no dejaba de aprovechar ninguna ocasión para hacer daño como podía a su madre.

En 2014, Susana se embarcó en la reforma de su piso en Pals, buscando trabajosamente todos los materiales en el escaso tiempo libre del que disponía, finalizando esa reforma durante el verano.

Pocas semanas después, el tumor ya era un hecho y Paco, se había convertido en un recuerdo triste para ella, cuya compañía le había sido negada, y que posiblemente tanto bien le habría hecho en esos meses

El trato a  Paco durante 2015 empeoró sustancialmente. Como Susana me comentó, sus nietos, animados por su padre -y estoy seguro que por su madre, quizá más aún, debido a su falta de entrañas- no dejaban de usarlo como si fuese un muñeco de peluche, jugando con él de manera cada vez más violenta.

En junio, en un par de ocasiones, entre el padre y los hijos lo tiraron varias veces por un tramo de escaleras hasta lograr su objetivo, romperle la espalda y dejarlo inválido. El marido de Maria Carolina se desentendió de él e insistió en que no se molestasen ni siquiera en llevarlo al veterinario

A finales del mes, Susana recibió una llamada que mostraba hasta que punto llegaba el odio sádico de su hija. Le comentó fríamente que iban a eutanasiar a Paco de forma inmediata y que la llamaba sólo por si quería despedirse de él. Susana, desfondada y aterrorizada me llamó inmediatamente. Quería tomar un avión para presentarse en Colombia, impedir aquella eutanasia  -que posiblemente estaba justificada sólo porque su hija no quería molestarse en pagar una visita al veterinario-; (es curioso que cuatro años después la eutanasiada fue la propia Susana). 

Angustiado por sus lágrimas de desesperación, le hice ver que era materialmente imposible que llegásemos a tiempo para hacer nada. Estuvimos hablando durante varias horas, prácticamente hasta medianoche, tomando vino, y logré tranquilizarla

Al día siguiente Susana tenía una resonancia, y si ya estaba muy afectada por el mail repleto de insultos de  Luz Angela de dos días antes, y que Susana atribuyó al alcoholismo de ésta, la muerte de Paco y el insólito y sin duda sádico aviso de su hija al respecto  acabó de hundirla. De hecho la resonancia del día siguiente fue al parecer muy dificil para ella, saliendo de la misma teniendo que estar sostenida por dos enfermeros. Se llegaron a plantear incluso ingresarla al ver su estado pero yo la acompañé a su casa y no fue necesario. Fue la primera vez que la resonancia mostró que el tumor había vuelto. El viaje a Colombia por ello no debería haberse producido, pero la insistencia del hijo y su nuera indiferentes a la salud de Susana lo convirtió en inevitable desgraciadamente. 

Quedé horrorizado ante la sensación de que  su familia parecía compincharse para hacer todo el daño que pudiera a Susana, como si realmente quisieran verla muerta como fuese, como así era

Susana quiso que siguiese una de sus muchas tradiciones personales, adquirir una planta para simbolizar al ser querido que se había ido, una bromelia. La tuve durante años, y la cuidé, hasta que Susana quiso llevársela a su casa en Petritxol, donde quizá la diferente luz o una ventilación distinta  acabó con ella

El 31 de agosto quise hacer lo mismo. Compré la misma planta, que aún conservo,   una de las maneras de recordarla

Mi amorito. Ahora ya estás con Paco, donde el mal y los malvados ya no te pueden alcanzar







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