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| En FNAC el 28 de marzo 17 |
En una de estas salidas, Susana, siempre dispuesta a hacer cosas nuevas, decidió apuntarse a un cursillo de dos horas para convertirse en perfumista, y acabar haciendo un perfume propio con una combinación de esencias a su gusto.
Este cursillo fue el 31 de marzo. Recuerdo que la acompañé; según me decía era como acompañarla al colegio, y cuando ocupó su "pupitre" yo la estuve observando más que orgulloso de ella desde todos los ángulos del centro comercial.
EN ese momento, no había enfermedad, no había ningún problema, sólo un presente agradable que me daba mucha ternura.
Cuando acabó el diseño de su propio perfume se lo llevó como un trofeo en un frasco, que incluía la combinación de esencias que ella había escogido, básicamente lavanda y jazmin. Lo conservó como un tesoro, más que orgullosa
En junio 18, como consecuencia de la mudanza a mi casa, su hijo y su nuera tiraron a la basura tanto el frasco como su composición. Susana quedó sumamente triste, pero resignada. Eso sí, a mi en esa ocasión me tiraron a la basura una gran cantidad de objetos personales de mi madre, e hicieron desaparecer sus joyas, lo cual aún me enfureció más, pero tuve que callarme. Así eran esa familia. Hampones
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