viernes, 8 de noviembre de 2019

Diciembre 16

25 nov 16
Una imagen simbólica e interesante de lo que fue la relación entre Susana y su familia,marcada por una enfermiza necesidad de ella de sentirse parte de una familia que siempre la había sistemáticamente rechazado y humillado (y no sólo me refiero al episodio de 1994 cuando su familia le ocultó a su hija fugada de casa y negó conocer su paradero innumerables ocasiones entre risotadas de desprecio). 

Para el viaje de diciembre 16 a Colombia, pagado teóricamente (y sólo teóricamente) por su hijo, sus hermanas le encargaron que trajera anoracs de pluma de la tienda Decathlon, asi como jerseys para su cuñado Eduardo Reina. Recuerdo muy bien ese día, porque Susana, que ya había gastado un dineral para regalos para sus nietos, se quedó sin dinero y prácticamente todas esas chaquetas las tuve que pagar yo de mi bolsillo. Irónicamente, cuando Susana hizo el equipaje, comprobó que prácticamente tuvo que dejar buena parte de la ropa que llevaba ella para el viaje e incluso pagar un sobreprecio en el aeropuerto por exceso de equipaje, ya que si no recuerdo mal, las chaquetas, aún convenientemente
25/12/16
 dobladas creo recordar eran ocho o nueve. (Incluyendo una para Maria Carolina por supuesto).
Aquí le plantee abiertamente que tenía que asumir de una vez por todas que estos viajes no tenían ningún sentido. Para ella eran un esfuerzo descomunal, físico y en este caso económico y que no tenía sentido ni lógica alguna. Aparentemente sus hijos sólo la querían para que hiciese esos viajes disparatados para cansarla y fatigarla inútilmente, como si quisieran acortar su vida, algo que yo me plantee y le plantee por primera vez en esa ocasión


En noviembre 16 además, la enfermedad que toda su familia ignoraba con desdén absoluto empezaba a dar signos de que no iba del todo bien. Las venas ya no daban mucho más de sí, y sus defensas estaban muy bajas, casi al límite. Susana entendió que hacer una pausa en el tratamiento de tres semanas podía serle útil para mejorar esas defensas, pero yo lo entendía al revés, es decir que lo que necesitaba era descansar y no forzarse inútilmente con viajes agotadores como ese, en el cual, por supuesto no faltaban agotadoras visitas a sus amigas, que parecían tan inconscientes e indiferentes al estado de Susana como sus hijos

diciembre 16. Más cargada que nunca para ese viaje

La navidad 16 como era de suponer fue un completo fiasco y decepción para Susana ya que sus nietos sólo llegaron para estar con ella el 24 por la tarde, y se fueron apresuradamente el 25 por la mañana. Varias veces me comentó que para una compañía tan fugaz no se habría molestado en hacer el viaje ni en gastar la impresionante cantidad de dinero que llegó ella a gastarse y que apuntaba claramente a que llegaba el momento en el que se quedaría sin nada con este nivel de gasto


De este viaje recibí pocas fotos pero las que recibí me empezaron a inquietar. Vestida a menudo de cualquier manera, como aquí, en pijama y con el rostro hinchado y visiblemente cansado. Cuando regresó por ejemplo me contó que en Cartagena la dejaron en una hamaca en la playa sin protección para el sol y al dormirse quedó con un fuerte dolor de cabeza como consecuencia. 
Y eso con el agravante que este viaje incluía una maratón enloquecida de etapas, Bogotá, Cartagena y y Santa Marta

Cuando llegó, el 28 de diciembre de 2016, me alegró mucho verla por supuesto, pero su aspecto parecía de un agotamiento completo. Y yo no podía más que preguntarme si para su salud le era positivo que su familia la sometiese a estas enloquecidas maratones de viajes, con desplantes incluidos, y sobre todo con un coste económico estratosférico 



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