No puedo evitar recordar con mucha ternura momentos como éstos:
9 de noviembre de 2016. Llega el frío. Y Susana necesita meterse en cama con dos edredones, una manta, su manta azul celeste, que llamaba "el abrazo de mi mamá", una chaqueta blanca, a la que llamaba "mi gato", y un gorro en la cabeza. A duras penas se la veía sobresalir de todas estas capas de ropa.
Me conmovía y me daba mucha ternura, porque realmente en Petritxol, donde se tomó la foto pese a que teníamos calefacción no hacía demasiado frío, pero ella lo tenía
No podía evitar pensar en el frio tan intenso que debió pasar en los cinco años de forzoso enclaustramiento en Pals. En los largos periodos de soledad y tristeza, siempre esperando que sus hijos tuvieran la iniciativa para sacarla de allí. Siempre en vano
Mi amorito
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