domingo, 8 de septiembre de 2019

2 Prólogo

Este libro es la continuación de "De Cara al Viento", publicado por mi esposa, Susana Peña Fandiño en julio 16, en el que contaba diversos aspectos de su enfermedad desde que ésta empezó a manifestarse, hasta su operación, finalizando con mi aparición en su vida

Ese libro mostraba la manera que tuvo Susana de enfrentarse a su enfermedad. Implícitamente y entre líneas podía deducirse de él que con un apoyo prácticamente mínimo por parte de su familia. Cuenta toda una serie de síntomas y sucesos relacionados con su enfermedad y la manera con la que se enfrentó a ellos, hasta su operación en diciembre 14.

En su contraportada explicaba algo que Susana sentía muy profundamente: "la vida es un don milagroso al que hay que entregarse con esperanza y sin temor"

Ciertamente eso es lo que pensaba. Pero su realidad era mucho más compleja, y más dura

Por eso he creído necesario acabar la historia que ella empezó. Aunque esta historia no haya tenido un buen final, y precisamente quiero explicar porqué.  Pero esta vez sin maquillar la realidad -en el libro anterior, por ejemplo,la preocupación de su hija por ella era completamente inventada, "para no hacerla quedar mal" como Susana me contó-.

 Todo ello ponía de manifiesto una triste realidad: Susana estaba condenada desde el primer momento por una razón muy sencilla: No tuvo durante buena parte de su enfermedad, ni el apoyo ni de su familia ni de buena parte de su entorno, como no lo había tenido en los años previos a la enfermedad. Y en estas condiciones es prácticamente imposible vencer al cáncer. Esta es la gran lección de la segunda parte del libro. La enfermedad no se puede vencer sólo con buena voluntad y valentía si se cuenta con la oposición de una familia hostil como le sucedió a Susana, la cual además era desesperadamente reacia a cuidarse, haciendo enloquecidas maratones de viajes a Colombia, pese a mis ruegos en contra y mi convencimiento absoluto que le perjudicaban notablemente la salud, no sólo por el agotamiento que sufría sino también por sucesivos desplantes de su familia en ellos, sin los cuales creo sinceramente que el desenlace de la historia habría sido distinto

Ella me pidió en más de una ocasión que yo contase su historia a sus nietos. Esto no va a suceder. Primero porque no tengo ningún interés en tener trato con unos niños, que como yo pude comprobar en diciembre 18 nunca parecieron mostrar el menor afecto por su abuela, nada parecido a la veneración con la que ella les trataba. Además, la madre de estos pobres niños,  Maria Carolina Durán, estoy seguro que  ya les ha educado no sólo inculcándoles su racismo, su clasismo grosero, su odio a la ciudad de Barcelona a la que ella detestó profundamente desde el primer minuto,  sino también su aporofobia patológica, un odio a los pobres, que se manifestó para mi perplejidad cuando en diciembre 18 se autoinvitó a mi casa y huyó de ella precipitadamente porque era "una casa de pobres" y eso podía traumatizar a sus hijos... obviando que sin esa "casa de pobres" su madre habría acabado en la calle, como una pordiosera. (Mejor no comentar que esa huida la llevó a un piso turístico ilegal, que éste si, era de su agrado, porque ahí la pobreza no era visible, en Ronda San Antonio 21, 2º 1ª del que escapó sin pagar la factura, obviando además que formaba parte de un grupo de viviendas del barrio desde las que se distribuían estupefacientes por la zona, como demostró una reciente intervención policial en ellos días antes)

La historia de Susana, no fue sólo la de un tumor  que había aparecido de la nada, sino la historia de una persona que tuvo una vida extraordinariamente difícil, teniendo que sortear unas dificultades más que complicadas que la obligaron a reinventarse en más de una ocasión después de sucesos extraordinariamente graves que desembocaron en su enfermedad y en su triste final. 

Esta historia, su contexto, es lo que explica que finalmente ella bajase los brazos ante la enfermedad, y se abandonase a un final doloroso, cruel e inmerecido, del que su familia tuvo una gran responsabilidad

Estoy absolutamente convencido que Susana no murió de cáncer. Murió teniendo un proceso cancerígeno si, pero murió gracias al trato dado por su familia en sus últimas semanas de vida -todo ello demostrable con  documentación médica- , y murió cuando su organismo se dió cuenta que no podía seguir mendigando hasta el infinito un amor de sus hijos y de sus hermanos que siempre le fue negado. El cáncer no pudo con ella. La falta absoluta de amor y respeto de su familia si lo hizo Y ella era consciente de ello, como dejó escrito

Considero que debo contar su historia, para que ésta la sobreviva, para que su  muerte tenga algún sentido, alguna trascendencia. Y considero que debo y puedo hacerlo ya que yo y sólo yo tengo todo el derecho moral  y legal a contarlo, porque yo y sólo yo estuvo a su lado durante su enfermedad. Yo y sólo yo fuí la unica persona de su entorno que no se aprovechó de ella. No se enriqueció a su costa, que no obtuvo beneficios económicos de su enfermedad ni de ella...

Para que el mal no acabe triunfando...

También tengo el derecho a hacerlo por un hecho que no es precisamente banal. 

Mi madre, Nuria Enseñat, falleció en febrero de 2018 después de un desmoronamiento de su enfermedad en otoño 2017. En ese momento, tuve que dedicar el dinero de mis menguados recursos no a contratar cuidadoras para mi madre como tenía previsto,  que se asegurasen que se cuidase adecuadamente, a cubrir los gastos extraordinarios que Susana había incurrido en ese momento y de los que sus hijos se habían desentendido completamente. Mi madre murió gracias al desprecio que los hijos de Susana tuvieron con la suya. Y eso yo no lo olvido

Me repugnó especialmente la desfachatez que tuvo Maria Carolina Durán , una mala persona,mala madre y mala hija como pocas, cuando el 30 de agosto dió una misa en una iglesia de Bogotá en un simulacro fraudulento de funeral, para agradecer "el apoyo" que sus amigos y familiares le habían brindado a ella y a su hermano  en "su" esfuerzo (sic)  por cuidar de Susana. Quedé asombrado, por su caradura, ya que María Carolina, hoy flamante secretaria de desarrollo económico distrital de Bogotá, no movió un sólo dedo por su madre desde el primer día de su enfermedad hasta el último. Y viendo su declaración de renta, (pagó 0 euros en impuestos en 2018) no lo hizo, como me decía Susana siempre dispuesta a disculpar a su hija,  "porque se está asentando profesionalmente" , sino porque no le importaba su madre ni lo más mínimo...Personalmente me asombra profundamente que Bogotá haya confiado en ella con su nuevo cargo  la responsabilidad de gestionar no menos de 8,000 millones de euros, obviando que no fue capaz de asumir ninguna responsabilidad respecto de su madre enferma. Quien es incapaz de responsabilizarse de una madre enferma será capaz de responsabilizarse del dinero de los contribuyentes bogotanos sin caer en la corrupción?  Es posible que los colombianos sean tan inocentes? O  tan estúpidos?

Y lo mismo puedo decir de su hijo...

Tengo también el derecho a hacerlo después de enterarme por parte de algunas personas próximas a Susana de la envergadura de los insultos y calumnias muy graves que su familia malvada me dedicó en agosto 19, que llegó al extremo de acusarme de "mantener a Susana bañada en excrementos cinco años" (hace cinco años ni siquiera la conocía) y barbaridades de gruesísimo calibre que sólo estaban justificadas por la cólera que me mostraron cuando yo me negué a poner mi casa a nombre de su hijo Juan Pablo, como condición para que éste "considerase" ayudar a su madre enferma ... con mi patrimonio, y aceptase después de muerta Susana que la familia me echase a la calle como a un perro. En ese momento, el mismo 29 de agosto 19,  incluso no faltaron amenazas de muerte formuladas por Luz Angela , la hermana delincuente de Susana que me advirtió que si yo osaba acercarme al lecho mortuorio de mi esposa, para estar con ella en sus últimos momentos, me encontraría con "guardias armados" decididos a impedirlo a cualquier precio, es decir pistoleros para matarme, lo que fue la más vil de las canalladas que me han hecho en la vida

Su familia, como me dijo esta mala hermana, "te ha odiado desde el primer minuto", algo ciertamente asombroso teniendo en cuenta que si no hubiera sido por mi , y por mis ahorros, Susana habría muerto víctima de inanición ya en marzo 15, ya que ni su familia, especialmente sus hijos pero el resto de su familia tenía el menor interés por evitar su muerte. Este odio se incrementó exponencialmente desde el 17 de marzo 18 cuando a traves de uno de los falsos "amigos  de Susana en Barcelona, se me hizo llegar la oferta antes mencionada de entregar todo mi patrimonio a su hijo y después aceptar pasivamente que su familia me echase a la calle cuando Susana muriese. Ese fue el agradecimiento que yo he recibido por todo lo hecho por ella.

También podría añadir que Susana, gracias a sus hijos, murió con importantes deudas, por ejemplo de un préstamo de 16.695 euros contraido por su hijo en su nombre, quedándose él el dinero y endosando la deuda a su madre; -tengo la documentación pertinente-  o que después de muerta le vaciaron las cuentas bancarias , algo objetivamente delictivo, como me confirmó la policía cuando fui a presentar la correspondiente denuncia. O por no hablar del hecho de que la familia ocultó legalmente la muerte de Susana a las autoridades españolas, para seguir cobrando fraudulentamente su pensión. De hecho, a efectos legales, en febrero 2020, para la legalidad española, Susana sigue viva.  Todo ello contribuyó en el ánimo de Susana a hacerle bajar los brazos ante la enfermedad y lo que para mí es más indecente, que ella se culpase a sí misma por estas conductas de sus hijos y se considerase una mala madre.

Los datos aquí incluidos provienen en primer lugar de conversaciones mantenidas con Susana, lo que puede generar errores puntuales pero no graves en fechas de hechos concretos,  pero también de la documentación extraída de USBs, ficheros de su ordenador (en uno de ellos por ejemplo se hace explícita referencia a una propiedad inmobiliaria que su hija presumiblemente puso a su nombre en Mexico y presumiblemente no declaró en Colombia), y numerosas libretas y folios en los que anotaba meticulosamente sus pensamientos, asi como borradores de sus cartas, amén por supuesto de fotografías de los últimos 25 años de su  vida. Susana además en 2013 empezó a escribir un libro autobiográfico sobre ella misma -sus hijos no estan enterados de ello- en el que contaba con suma tristeza sus sentimientos respecto a su familia y a la falta de amor que le brindaban en esos años de su vida, en un aislamiento y una tristeza que contribuyó a su tumor, como ella me aseguró triste pero categóricamente en más de una ocasión

La familia de Susana  ha mostrado una malignidad retorcida, y un desagradecimiento tan cruel como ruín y mezquino. Así son ellos, pero después de ver los antecedentes penales de hermanos de Susana, ya no me sorprende nada. La maldad existe, y para mí la maldad absoluta es colombiana y haberla sufrido  ha sido una de las más desagradables experiencias  de mi vida.




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