Yo creo que quizá debería explicar -una vez más- las razones por las que pienso que Susana resultó muerta en agosto 19 víctima de malos tratos causados por sus hijos, y éstos en complicidad con sus hermanas.. Y creo que tienes derecho a conocer la verdad tal y como se produjo:
Tengo la convicción absoluta, basada en la documentación médica sobre Susana que dispongo -y que sus hijos hicieron todo lo posible para impedir que yo la obtuviese- de algo fundamental:
*) Susana NO murió de cáncer. De hecho no creo ni siquiera que tuviese cáncer cuando murió, es decir que el tumor estuviese activo. Afirmo ésto basándome en la conclusión de la última de sus resonancias realizadas que destacaba que NO se observaba actividad cancerígena en el área operada (El tumor sólo podía salir en ésta zona, como me informó la oncóloga, y en ella NO estaba). Y lógicamente tampoco puedo aceptar que muriese a causa del único diagnóstico médico real que recibió en Colombia, que fue un resfriado común, tal y como muestra la documentación médica que conservo
*) En ese caso de qué murió?
A mi juicio la causa de la muerte tuvo que ver con varios aspectos simultáneos:
Una sintomatología muy presumiblemente neurológica -distinta al cáncer- que apareció por vez primera en octubre 18 -siendo su hijo testigo- y reapareció con posterioridad desde abril 19 con síntomas de aparición repentina y brusca que la dejaban sin movilidad en piernas y sin fuerza en las manos, y por tanto generando un proceso distímico (depresivo) grave, desde mayo, que contribuía a agravar su estado y que se agravó fatalmente como consecuencia del viaje absurdo de agosto 19, expresamente desautorizado por los médicos -y por mi-. Es decir, fue maltratada hasta la muerte por sus hijos
Susana sufría desde octubre 18 una sintomatología recurrente presumiblemente de origen neurológico que aparecía y desaparecía bruscamente y se repetía varios días seguidos, consistente aparte de problemas intestinales y dolor abdominal, en serios y crecientes problemas en sus facultades motoras, que provocaban cuando tenía esta clase de síntomas una pérdida absoluta de fuerza en manos y piernas, causando desmayos, lo que me obligaba a pasar la noche con un ojo abierto en previsión de caídas y que forzosamente indicaba algún tipo de problema neurológico que yo incluso documenté en video para advertir a la familia que los viajes a Colombia eran (desde abril 19) gravemente peligrosos, como destacó explícitamente la oncóloga delante de mi y delante de su hijo en agosto 19 (sin que éste le hiciera el más mínimo caso)
Oncología del Hospital entendió desde el primer momento que esta sintomatología si no aparecía en la resonancia (RM) no tenía importancia ya que no se podía atribuir al tumor.
En abril y mayo 19 esta sintomatología ya era bastante frecuente y por ejemplo, en la última semana de mayo causó caídas casi diarias de madrugada que me obligaron a estar más pendiente que nunca- Su familia sabía perfectamente de esta situación, y en lugar de convencerla, como tratamos de hacer los médicos y yo de que NO realizase su absurdo viaje a Colombia, ya que podía ser muy peligroso para su salud, no sólo no quisieron convencerla de ello -pese a que yo llegué a enviarles videos para documentar su estado durante las citadas caídas- sino que le programaron un viaje casi suicida con cerca de cuatro o cinco etapas que incomprensiblemente no logró su objetivo que era acabar con su vida
Ese viaje se programó deliberadamente en la fecha de un tratamiento de quimioterapia venosa al que no asistió, obedeciendo órdenes de sus hijos comunicadas en diciembre 18 por su hija, que viajó expresamente a Barcelona con la única motivación de convencerla para que dejase sus tratamientos y se dejase morir.
Esta quimioterapia consistía en la mezcla preparada de varios medicamentos específicos, nada baratos, y el hospital, cuando no se presentó, asumió que Susana ya no quería seguir tratándose (una enfermera del mismo me lo confirmó afirmándome que ellos daban por sentado que "Susana había bajado los brazos ante la enfermedad"), y por tanto el hospital empezó a desentenderse de su situación.
Tan importante era ese viaje absurdo que tenía que saltárse su salud por los aires autodestruyéndose? Ella me decía que era la boda de su única sobrina y que por tanto tenía que acudir. Eso para mi es ridículo. Por ejemplo tenía más sobrinos, como los hijos de su hermana discapacitada mental Luz Angela, como Zachary, que por cierto, él, como ninguno de sus muy maleducados hermanos y el resto de sobrinos y sobrinas, nunca se preocupó lo más mínimo por la salud de su tía, antes , durante y al final de su vida.
En junio apareció "algo" en la RM y Oncología lo atribuyó a una posible reaparición del tumor lo que sirvió para que el hospital prácticamente la desahuciase. Era este diagnóstico exacto? Yo no lo creo por un motivo. En la RM NO aparecía tumor ni ningun movimiento cancerígeno sospechoso en el área operada, los liposomas del lóbulo frontal derecho. La doctora me informó categóricamente que si el tumor reaparecía lo haría exactamente en el área operada, no en un área cercana, como así fue.
El diagnóstico clínico eso sí se vió reforzado por los síntomas que yo comento al principio, que se agravaron durante julio, y que por su aparición y desaparición inconstante podrían sugerir la existencia de un problema neurológico que se hubiese solapado a la problemática del cáncer , ya que, como yo pregunté, si se produjese la activación del tumor éste se agravaría de forma lenta y constante, no de forma súbita e inconstante, apareciendo y desapareciendo.
En julio los hijos LE NEGARON la posibilidad de hacer un tratamiento experimental una de cuyas prioridades consistía en la realización de una resonancia protónica que hubiese aclarado si lo visto en la RM del mes anterior era o no tumor. AL prohibirlo los hijos, esto reforzó la conclusión del hospital que Susana sencillamente no quería continuar viviendo -cuando en realidad estaba obedeciendo las órdenes de autodestrucción de sus hijos-. De hecho este tipo de resonancia era la que se le hubiese realizado en agosto, gracias a mi gestión con mi compañía del seguro de decesos , en cuya poliza incorporé a Susana -debido a que sus hijos no querían hacer ninguna gestión al respecto- y en esta compañía, por mis años de antiguedad pagando el seguro de decesos se me ofreció una segunda opinión médica en la Clínica Universitaria de Navarra, el más prestigioso centro hospitalario anticáncer de Europa. No fue posible gracias a sus hijos
En ese momento el hospital no supo a qué atribuir correctamente los citados síntomas -estoy convencido- más neurológicos que cancerígenos, pues el hospital entendió que tampoco tenía importancia debido a que Susana, gracias a sus hijos había implícitamente decidido abandonar su tratamiento y por esa razón , pese a reconocer que el viaje a Colombia era extraordinariamente peligroso para su salud, -expresamente prohibido por la oncóloga como el hijo sabia perfectamente- acabó aceptándolo -en contra completamente de mi criterio y de la doctora que la atendía, entonces de vacaciones- y con la promesa efectuada por su hijo delante de mi ante uno de los doctores del Clínic que garantizaban un tratamiento en Colombia equivalente al que tenía en España
Susana llegó en muy mal estado como era previsible a Colombia el 14/8/19. El único tratamiento que recibió fue retirarle la medicación que se la había recetado para la sintomatología que sufría (prednisona) y que el 13 de agosto había empezado a dar resultados claros, y ser diagnosticada por una doctora de la mutua colombiana Emer médica literalmente de "resfriado común" el 23/8/19, nueve días después de llegar. (Según el hijo, éste era el tratamiento médico colombiano equivalente cualitativamente al español que recibió de sus hijos) Al día siguiente se me informó que Maria Carolina había decidido sin justificación médica clara retirar a Susana hidratación, alimentación y por supuesto medicación, para que muriese lentamente de sed y de hambre como así fue (supuestamente) el 29/8/19
Es por esto por lo que yo denuncié a la Fiscalía Colombiana estos hechos La comunicación formal de la denuncia por homicidio es ésta, enviada por la Fiscalía 19 de Bogotá con número 706692-20200721, número de noticia criminal 110016000050202053301, dirigida a la unidad policial de Direccionamiento e intervención temprana de denuncias de la direción seccional de Bogotá, carrera 33,nº 18-33, Bloque B piso 2, con telef 20163XX, cursado por el citado intendente de la policía bogotana John Farley Bermúdez
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