jueves, 17 de febrero de 2022

Presentadas ya las dos primeras demandas ante la justicia española

 En cumplimiento con lo que tenía previsto para estos primeros meses de 2022 he presentado ante la justicia española las dos primeras denuncias contra mi moralmente inane familia política, a quien yo denomino el "cártel de los Durán-Peña" por los hechos que causaron la muerte de mi esposa, Susana Peña Fandiño, en Bogotá, Colombia, presunamente en agosto 2019, y que yo considero presuntamente compatibles con delitos de malos tratos con resultado de muerte y o (como los consideró la Fiscalía colombiana en agosto 20) un presunto delito de homicidio con agravante de parricidio.

Debo decir, que aunque los citados hechos indiciarios de delito se cometieron fuera del territorio español, entiendo que hay una base legal suficiente para considerar jurídicamente punibles a las personas que yo considero implicadas en los mismos, como son, el ciudadano español de origen colombiano Juan Pablo Durán Peña, en condición de principal responsable de los mismos, y la ciudadana de nacionalidad colombiana MARIA Carolina Durán Peña, despedida hace pocos días de su cargo como Secretaria de Desarrollo distrital en Bogotá, en su condición de cómplice y cooperadora necesaria de estos hechos indiciarios de delito.

Esta base legal se centraría en lo establecido en la LGPJ, que en su artículo 23 establece el ámbito de la extraterritorialidad de la justicia española, y que por tanto convierte en inviable la impunidad de mis hijastros en los citados sucesos todos ellos perfectamente documentados por la documentación médica necesaria , sobre todo después de que los mismos los denuncié ante la justicia (inoperante) colombiana

A mis hijastros, decirles únicamente que reitero que no esperen de mi ni perdón ni olvido para su conducta, y mi confirmación de que voy a estar insistiendo en su responsabilidad directa en los hechos que causaron la muerte de mi esposa. Dado que ellos carecen de cualquier referente moral apropiado que les muestre la obviedad de que matar está mal, voy a estar recordándoselo hasta que el infierno se hiele.

Esta es mi promesa. Y mi promesa de que estas denuncias serán compartidas ante todo su entorno familiar y profesional.

Desgraciadamente jurídicamente, para mi verguenza , todavía estoy vinculado con esta familia malvada, y por eso no voy a dejar de combatirles

Parafraseando a Macbeth, reiterarles mi convencimiento de que no hay agua suficiente en el océano para lavar las manos ensangrentadas de los asesinos


Entrada del edificio del juzgado de guardia de Barcelona y del juzgado de lo penal.

                                            Justicia, justicia perseguirás
                                            (Deuteronomio , 16, 20)


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