miércoles, 10 de junio de 2020

Carolina Durán cumple años.

Hace justo tres años Susana quiso grabar este video en el día del cumpleaños de su hija que tanto la odiaba, Maria Carolina Durán.

Para Susana el constante mal trato y desprecio recibido  de su hija fue con toda seguridad una de las causas preferentes de su enfermedad y sin duda de su muerte.

Murió con la tristeza en el alma de que absolutamente nada de lo que ella había hecho por su hija había sido agradecido ni correspondido. Toda su vida y en especial al final de ella sufrió muchísimo por ello. Se sentía una mala madre por tener una hija incapaz de reconocer ningún esfuerzo que se había hecho por ella.

Susana fue en su infancia una niña rechazada por su madre, que la endosó cuando nació a la casa de su abuela, Momó, en Cali. Cuando ésta falleció, Susana fue "readmitida" en el hogar familiar pero sólo como muchacha de servir sin otra paga que brutales palizas de una madre seriamente alcoholizada, unos malos tratos de los que, justo es decirlo se disculpó,  por carta en agosto 2005. Poco después de llegar, fue otra vez expulsada del hogar familiar para ser interna en el colegio Marymount, quizá el único recuerdo feliz de su infancia  y que la convirtió en la persona que acabó siendo. Quizá fue lo único correcto y realmente decente de su vida en Colombia, por la que yo les expresé mi consideración y agradecimiento

Susana siempre intentó que su hija tuviera una vida completamente distinta. Vivió en hoteles de cinco estrellas hasta los once años. Nunca le faltó nada, pero al mismo tiempo nunca agradeció absolutamente nada, como demostró en su  fuga del hogar en 1994 durante dos años, y en su segunda huída a Colombia tras acabar sus estudios superiores. Nunca recompensó ni con amor o consideración ni siquiera con respeto el trato que su madre le dió todos esos años

A mi no me sorprendió ni lo más mínimo enterarme -por papeles manuscritos que ella dejó-que ya en 2013, Susana había estado a punto en dos ocasiones de consumar suicidio, ambas como consecuencia de enfrentamientos con sus hijos. Tampoco me sorprendió que entre 2015 y 2019 me verbalizase por las mismas causas la posibilidad de quitarse la vida en tres oportunidades, en agosto 15, abril 16 y diciembre 18, aparte de considerar durante la primavera y verano de 2015 la posibilidad de demandar a su hija

Desgraciadamente, como he dicho en otros post, la verdadera causa de la muerte y la enfermedad de Susana, no fue el cáncer. Esa causa habría que buscarla en su propia familia, y especialmente en el trato dado por sus hijos.

Tan triste y tan sencillo como ésto



 

Hace cuatro años, Susana editaba, en parte con mi dinero,  el libro "De Cara al Viento" en el que contaba la evolución de su enfermedad entre 2013 y 2016. En él incluía pasajes que eran meras invenciones como ella misma me reconoció explícitamente, como la preocupación de su hija por ella, que nunca llegó a verbalizarse

Hoy, la editorial me ha enviado los primeros ejemplares de "De Cara al Viento II". En él, cuento, y esta vez, -aviso a navegantes- NO hay maquillaje en la realidad. Yo no he recibido de la familia de Susana más que odio y desprecio , tal y como cuento en otro post, la familia me odiaba profundamente, como odiaba a Susana, y en mi caso  porque al salvar su vida les entorpècí un negocio de no menos de 180.000 euros por el que ambos hijos pretendían robarle  a  su madre el resto de su patrimonio. Por eso no hay medias tintas en esta historia

Como cuento también, por los cuatro años y medio en los que yo sostení económicamente y emocionalmente a Susana porque su familia se había desentendido de ella  yo no recibí más que odio y desprecio y como me indicó el 29 de agosto 19 la hermana (delincuente multireincidente Luz Angela Zeff), la hija de Susana había dispuesto "guardias armados con órdenes de enfrentarse a mi y pararme como sea (sic)", es decir, me premiaban con lo que hice por Susana con pistoleros que debían coserme a balazos en medio de la calle en Bogotá, pagados por la secretaria de desarrollo distrital Maria Carolina  Durán como si yo fuese un perro rabioso y no la persona que había salvado la vida de su madre, asumiendo responsabilidades que sus hijos no querían asumir  y disculpando la explícita ilegalidad que su conducta implicaba

Espero que este libro le guste tanto como el primero, al menos aquí hay mucha mas verdad y tú y tu hermano sois mostrados como sois en realidad. Malas personas que odiaban a su madre profundamente

Por eso la dedicatoria es para los dos:

A Maria Carolina y Juan Pablo,
para que ésta vez entiendan que el peor obsequio que la vida puede dar a una madre es el odio de sus hijos

Malditos seáis mil veces. Os deseo todo lo malo que la vida os pueda traer.





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