domingo, 8 de diciembre de 2019

17 de marzo 18. Sórdido intento de estafa

El 17 de marzo de 2018,  un mes después del entierro de mi madre, tal y como temía, la familia de Susana decidió mover ficha y descubrir sus cartas. Ese día fui al despacho del (falso) amigo suyo, el famoso Habilitado para hacerle una consulta que me demostró una vez más su escaso conocimiento de las leyes vigentes. Pero además me formuló unos planteamientos sumamente insólitos.

Me dijo que había estado hablando con "la familia", (léase el hijo y la nuera ) y habían llegado a la conclusión de que ya que yo supuestamente no podía asumir el coste de mi propia casa,yo debía en la práctica regalársela (su valor de mercado son 240.000 euros) ... y así, el hijo de Susana podría (con mi patrimonio) volver (hipotéticamente y sin ninguna seguridad) a ayudar a su madre. Quedé estupefacto ante semejante propuesta desvergonzada que se me insinuó.  Ese individuo me insistió que "tu entiendes que no puedes estar viviendo siempre a costa de Susana" (!) una frase malvada porque la realidad era más bien a la inversa, y me insistió que "estarás de acuerdo que lo único que nos tiene que preocupar es que el hijo de Susana tenga la tranquilidad de que (su madre) tenga un techo sobre su cabeza"... Un techo que tenía que poner yo, regalándolo a su hijo...

Ante mi estupor y mi indignación me añadió. "Tu no te preocupes, podrás seguir viviendo en la casa mientras Susana viva. Después, lógicamente tendrás que hablarlo con su hijo".

Dicho en otras palabras. El hijo que se desentendió de su madre categóricamente el 26 de abril de 2016 (fecha en la que por esa razón Susana me verbaliza por vez primera su inención de suicidarse), quería que le regalase mi casa, y acepte pasiva y dócilmente que después de muerta Susana la familia me agradezca todo lo que yo hice por ella (con mis ahorros) y me echasen a la calle como a un perro sarnoso.

Así es la familia de Susana en todo su esplendor

Ni que decir tiene que yo respondí a semejante barbaridad diciéndole que antes de aceptar  una estafa malvada de esas proporciones estaba dispuesto a prenderle fuego a la casa. Él me respondió. "Uy Yordi, es que no se puede hablar contigo".... Y quedó así el tema

Por supuesto quedé profundamente ofendido por esa propuesta. Ahí entendí mas que nunca que clase de pesonas pululaban alrededor de Susana. Y la inmensa mayoría eran de una malignidad extrema. Me consta, dicho sea de paso, que al menos una de sus amigas, le llegó también la noticia de que a mí me podrían manipular y estafar así de fácilmente, y le sugirió a Susana abiertamente que ya que el piso pasaba a ser de su propiedad, tirase todos los muebles y enseres míos y de mi madre a la basura y lo comprase todo nuevo, supongo que implícitamente con mi dinero.

Unos días después , llegó Semana Santa. Yo no conté nada de ese intento de estafa que su familia me había intentado plantear, pero yo estaba profundamente triste y con la sensación de que el entorno de Susana eran una colección de víboras rebosantes de veneno que no sólo no iban a ayudarla en ningún sentido (a mí mucho menos, claro) sino que parecían maquinar constantemente nuevas maldades.

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