El 17 de marzo de 2018, un mes después del entierro de mi madre, tal
y como temía, la familia de Susana decidió mover ficha y descubrir sus
cartas. Ese día fui al despacho del (falso) amigo suyo, el famoso
Habilitado para hacerle una consulta que me demostró una vez más su
escaso conocimiento de las leyes vigentes. Pero además me formuló unos
planteamientos sumamente insólitos.
Me dijo que había estado hablando
con "la familia", (léase el hijo y la nuera ) y habían llegado a la
conclusión de que ya que yo supuestamente no podía asumir el coste de mi
propia casa,yo debía en la práctica regalársela (su valor de mercado
son 240.000 euros) ... y así, el hijo de Susana podría (con mi
patrimonio) volver (hipotéticamente y sin ninguna seguridad) a ayudar a
su madre. Quedé estupefacto ante semejante propuesta desvergonzada que se me insinuó. Ese
individuo me insistió que "tu entiendes que no puedes estar viviendo
siempre a costa de Susana" (!) una frase malvada porque la realidad era
más bien a la inversa, y me insistió que "estarás de acuerdo que lo
único que nos tiene que preocupar es que el hijo de Susana tenga la
tranquilidad de que (su madre) tenga un techo sobre su cabeza"... Un techo que tenía
que poner yo, regalándolo a su hijo...
Ante mi estupor y
mi indignación me añadió. "Tu no te preocupes, podrás seguir viviendo
en la casa mientras Susana viva. Después, lógicamente tendrás que
hablarlo con su hijo".
Dicho en otras palabras. El
hijo que se desentendió de su madre categóricamente el 26 de abril de
2016 (fecha en la que por esa razón Susana me verbaliza por vez primera
su inención de suicidarse), quería que le regalase mi casa, y acepte
pasiva y dócilmente que después de muerta Susana la familia me agradezca
todo lo que yo hice por ella (con mis ahorros) y me echasen a la calle
como a un perro sarnoso.
Así es la familia de Susana en todo su esplendor
Ni que decir tiene que yo respondí a semejante barbaridad diciéndole
que antes de aceptar una estafa malvada de esas proporciones estaba
dispuesto a prenderle fuego a la casa. Él me respondió. "Uy Yordi, es
que no se puede hablar contigo".... Y quedó así el tema
Por
supuesto quedé profundamente ofendido por esa propuesta. Ahí entendí
mas que nunca que clase de pesonas pululaban alrededor de Susana. Y la
inmensa mayoría eran de una malignidad extrema. Me consta, dicho sea de
paso, que al menos una de sus amigas, le llegó también la noticia de que
a mí me podrían manipular y estafar así de fácilmente, y le sugirió a
Susana abiertamente que ya que el piso pasaba a ser de su propiedad,
tirase todos los muebles y enseres míos y de mi madre a la basura y lo
comprase todo nuevo, supongo que implícitamente con mi dinero.
Unos
días después , llegó Semana Santa. Yo no conté nada de ese intento de
estafa que su familia me había intentado plantear, pero yo estaba
profundamente triste y con la sensación de que el entorno de Susana eran
una colección de víboras rebosantes de veneno que no sólo no iban a
ayudarla en ningún sentido (a mí mucho menos, claro) sino que parecían
maquinar constantemente nuevas maldades.
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