jueves, 5 de diciembre de 2019

Mini vacaciones de Semana Santa en Colliure

Después de la lamentable oferta que recibí de la familia el 17 de marzo que sugería que yo debía renunciar a mi patrimonio para que sus hijos accedieran a ayudar a su madre, y que aún me tenía muy indignado ,llega Semana Santa

 

Todo sin olvidar el inevitable paso por el Clínic para el tratamiento

 




En este contexto, el  Sábado Santo, Susana decide una de las improvisadas salidas. Tan improvisada y sobre la marcha que acabamos tomando un tren hacia Girona, y siguiendo la ruta hasta Port Bou y de ahí a Colliure, en Francia

En Port Bou había pasado varios veranos, creo recordar que entre 1979 y 1982 en una casa que habían prestado a mi tía. Susana sugirió ir hasta allí a recuperar esos recuerdos hermosos
















Esta era la casa en Port Bou






 
28 años que no pisaba la estación de Port Bou

 Una vez en Port Bou, sugirió tomar el tren hasta la cercana Colliure, la población en la que Antonio Machado se exilió y murió después de la guerra civil.

Me pareció una población increiblemente hermosa, en la que desgraciadamente estuvimos demasiadas pocas horas


Colliure







Una vez allí encontramos alojamiento en una humilde pero cómoda hospedería del centro del pueblo, algo sumamente insólito teniendo en cuenta que era Sábado Santo, el momento en el que se hace una procesión muy hermosa por el centro del pueblo

 









Cenando frente al mar. Hermosísimo recuerdo















La vista desde la habitación al día siguiente














Al día siguiente, encontramos tam hermoso ese pueblo que Susana, como unos meses antes había llegado a plantear en Andorra, me sugirió explícitamente la posibilidad de que nos trasladásemos aquí a vivir. La idea me pareció excelente, sobre todo por el hecho de que podía servir para desconectar de su muy tóxica relación con la familia.

Al día siguiente decidió d euna manera un atanto atropellada y confusa que tomásemos un tren hasta la población vecina  porque tenía ganas de ver su playa. EL viaje resultó un craso error, ya que la estación estaba como a cinco kilómetros de la playa. La caminata fue imposible por la tramontana, y lo único que visitamos del pueblo fue un horrible Carrefour, en el que Susana quiso comprar escurreplatos (?) y almuerzo, por cierto horrosamente malo. Acabamos en la estación esperando al tren siguiente a Port Bou

La capacidad de Susana de desintoxicarse, por cierto es obvia incluso en este post: Si comparamos las fotos del Viernes Santo (arriba) con las de Colliure (al dia siguiente). Susana estaba mucho más feliz contenta  y radiante. Yo llegué a pensar seriamente en esa posibilidad, ya que habría sido una manera de perder de vista a esa familia y poder vivir sin su toxicidad recurrente. El problema de que estuviésemos lejos de los tratamientos podía superarse asumiendo que nos costaría tiempo y esfuerzo en los desplazamientos pero valdría la pena

Quedamos en que en Semana Santa 2019 iríamos otra vez y concretaríamos ya esa cuestión. Enterado hijo y nuera de esa posibilidad aterrizaron autoinvitándose a mi casa -parece ser que incluso por lo que me comentó la comisaría de la Guardia Civil de Barcelona- llegaron a falsificar una carta de invitación para simular que yo les invitaba a mi casa, algo groseramente falso (posiblemente delictivo), e hicieron imposible ese viaje, causándome la pérdida del importe de la reserva. Una vez más, así era esa familia tóxica y hostil. Mala gente sin duda ninguna, que vino sólo para hacer daño pero esto lo contaré en su momento. Al menos en este viaje no me robaron nada, lo cual ya fue algo bueno

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